sábado, 13 de octubre de 2012

Link a la desfachatez.

No hace mucho comencé a leer un libro de los de palabras espesas pero que dicen poco, poquísimo. De los que cada capítulo se puede resumir en una única y sencilla idea principal, inversamente proporcional a la verborrea utilizada y a las energías empleadas para separar el polvo de la paja. De lenguaje críptico, en apariencia interesante, y salpicado de términos en diferentes idiomas que bien pudieran tener una traducción al nuestro pero que así queda más interesante.

Puedo soportar todo eso e incluso seguir leyéndolo, no vaya a ser que me esté perdiendo algo interesante.


Puedo ignorar expresiones del tipo: “minitour para visitar propuestas”, “la predisposición es total”, “travelling que empezará en cualquier momento”, “hacemos un reenactment”, “intelectualizar una acción para tomar distancia”, “perdura la ilusión teenager”, “en plan positivo pero con nocturnidad” “hacer un link a otro hotel”.

Puedo entender que asistir a Documenta y Manifiesta, Kassel y Frankfurt o Arco conlleve también el paseo por los “lugares marcados por la tradición artística nocturna, por lo que toca, por lo que está definido, por las invitaciones y lo gratis y por un deseo de frivolizar”. Esto dice el curator.

Pero lo que no puedo entender es que nos relate una fiesta en Venecia, fallida por una inundación inesperada, en un palacio, en la Bienal, y nos haga saber que, además de ser divertidos, inesperados e inadecuados porque se les ocurre trasladar todo el alcohol de la fiesta al medio de una plaza, eso está  “Financiado con dinero público”.

Si pretende hacer una gracia, con la que está cayendo, no se la veo. Si lo que pretende es denunciar esas prácticas, no advierto el tono. Y dejar en letra impresa tal desfachatez… una acción poco prudente y expuesta a lo que le venga.

¡Quién sabe! Lo mismo es eso lo que pretende. Tras lo del dinero público, puntualiza “Adiós a la clase. Adiós al saber estar. Como si en algún momento hubiéramos tenido algo de las dos cosas”.

¿Qué tendrá que ver todo esto con la mirada y la labor curatorial? ¿Es necesario incluir un capítulo de cuatro páginas para contarnos esto?

Posdata:

Os resumo el capítulo, con la idea principal, así os lo podréis saltar.

Cuando viajamos para ver propuestas artísticas, gamberreamos un rato, asistimos a fiestas, nos saludamos y, más tarde, nos quisiéramos matar los unos a los otros, somos divertidos y gastamos dinero público bebiendo alcohol y perdiendo los modales. Tenemos mucho peligro y somos engreídos. 

Ver también Escombros y chorizos en la Bienal de Venecia.

2 comentarios:

  1. La verdad querido Alberto es que lees cosas muy extrañas. Estás aburrido o qué? Jajajaja. Yo cojo un libro de esas características y no soy tan cabezona como tú, dejo de leerlo sin más. Eres el colmo de la tolerancia y la persistencia, pero sin eso no serías Alberto Reina Blanca.

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