Alberto Reina Blanca Pintura: 2. Apuntes para "Marañas" (2008)

domingo, 13 de mayo de 2012

2. Apuntes para "Marañas" (2008)

De mis notas entre el invierno del 2007 y principios del 2008.

Creo que en este cuadro empezó todo, un óleo despistado del 2007.

Ocurre a veces que la totalidad no te dice nada, pero te quedas colgado, concentrado en una pequeñez que te mantiene en vilo y te distrae. Me gustó lo rotundo de la raíz y se me fueron los ojos a su oscuridad.

No intenté reproducirlo, se quedó en mi retina como un cirro. Esa oscuridad diminuta me recordaba, a su vez, a las semillas negras sumergidas en un fondo lechoso a las que tantas veces recurro en mi imaginación (cortar una chirimoya y descubrir esos puntos oscuros enterrados en carne blanquecina y cremosa merece unos segundos de contemplación). La pequeña raíz abultada se llenó de misterio.

Prescindí de lienzos montados, cogí un trozo de tela de 45x47 cm y lo clavé a un panel con cuatro chinchetas. A ver qué pasaba.

Me movíó el deseo de alejarme de mi pintura por unos minutos, permitiéndome tachar, destrozar la limpieza de todo lo que había hecho hasta entonces. Con un lápiz, un pincel fino y pastel al aceite garabatee la tela, directamente al centro, sin pensar mucho en lo que hacía. Por un momento intentaría desprenderme de cosas anteriores, haciendo esto porque sí. Un grito. Otra forma. ¡Ni que eso fuera tan fácil!

La tela se suavizó un poco con los pinceles porque uno no puede escapar tan fácilmente a su propia historia. En cambio, el ánimo cambió. Mi curiosidad se despertó en la maraña (porque fue lo primero que pensé) y me apeteció coger un nuevo trozo de tela y volver al ataque.

Apunte I Mixta/lienzo. 45x47 cm. 2008.

Apunte II Mixta/lienzo. 45x47 cm. 2008.

Me decía a mi mismo que esto era “trabajar desde dentro”, como el gusano de seda tejiendo su capullo.

Fue como explorar un caos. Abrirme paso entre la maleza. Estar dentro de unos agujeros provocados por el giro de mi mano con el pincel y que, cuadros antes, estaban vacíos. ¿Por qué no llenarlos? me pregunté. Mucho más adelante me tuve que preguntar lo contrario, ¿por qué no vaciarlos?