XXIII
LO QUE VALE LA PENA: Reunión de aficionados. Casa pequeña y bonita. Mesa muy limpia. Cielo claro y luz de luna. Jarrón con flores. La época del té, del bambú, de la naranja. Estar rodeado de cuadros buenos. Un anfitrión ni severo ni indiscreto... Sentirse simpático. Oler incienso. Ver cuadros antiguos. No tener preocupaciones. Filosofar... El momento de despertar. Salir de una enfermedad... Ver arte sin prisa.
LO MALO: Días húmedos. Estar sentado debajo de un candil que gotea. La mañana después de la juerga. Un tintero con tinta seca... El coleccionar demasiada cosa. El escribir crítica confusa. El que se sienten encima de uno de mis cuadros. Visitas que tienen prisa. Un cuarto con goteras. El que me pidan prestado un cuadro "para estudiarlo"... Las restauraciones mal hechas y los marcos cursis. Una reproducción mala... La gente que no sabe tratar a los cuadros. El ruido de ratones. Esos criados que no saben marcharse. Los que preguntan el precio de todo. Los que todo lo tienen que tocar con sus dedazos...
DESASTRES QUE LE PUEDEN OCURRIR A UN CUADRO: Que caiga en manos de un cateto. Que vaya a parar a manos de una casa de empeños. Que lo compre un arrogante. Que lo recorten para hacer pantalones. Que lo herede un hijo tonto. Que lo roben. Que lo vendan para tener con qué comer. El que se moje o se queme. El que lo entierren con su amo.
CH´EN CHI-JU, Dinastía Ming, siglos XVI-XVII
LO MALO: Días húmedos. Estar sentado debajo de un candil que gotea. La mañana después de la juerga. Un tintero con tinta seca... El coleccionar demasiada cosa. El escribir crítica confusa. El que se sienten encima de uno de mis cuadros. Visitas que tienen prisa. Un cuarto con goteras. El que me pidan prestado un cuadro "para estudiarlo"... Las restauraciones mal hechas y los marcos cursis. Una reproducción mala... La gente que no sabe tratar a los cuadros. El ruido de ratones. Esos criados que no saben marcharse. Los que preguntan el precio de todo. Los que todo lo tienen que tocar con sus dedazos...
DESASTRES QUE LE PUEDEN OCURRIR A UN CUADRO: Que caiga en manos de un cateto. Que vaya a parar a manos de una casa de empeños. Que lo compre un arrogante. Que lo recorten para hacer pantalones. Que lo herede un hijo tonto. Que lo roben. Que lo vendan para tener con qué comer. El que se moje o se queme. El que lo entierren con su amo.
CH´EN CHI-JU, Dinastía Ming, siglos XVI-XVII
Fernando Zóbel.
Cuaderno de apuntes.
Colección de citas sobre la pintura y otras cosas recogidas por F. Zóbel.
Ed. Aldeasa, 2003.
Y por mi parte, añado:
MÁS DESASTRES QUE LE PUEDEN OCURRIR A UN CUADRO:
Que cuando creo que mi cuadro está terminado, alguien viene y me pregunta que qué voy a pintar en él.
Que envíe un cuadro a otra ciudad, embalado en caja de madera, y que la agencia de transporte me lo devuelva así:
Que a alguien se le ocurra usarlo como pizarra para colocar los precios de la carta de un bar:
Ver Cartel de feria y siguientes entradas relacionadas, de la 1 a la 8 (puedes pinchar en etiquetas)
Que use un barniz mate para eliminar brillos y me lo vele:
Antes |
Después |
Que envíe un cuadro a concurso y, a la vuelta, sospeche que mi cuadro nunca salió de su embalaje.
ALBERTO REINA, primera década del siglo XXI.
Se admiten más desastres, más de lo malo y, cómo no, más que valga la pena.
fantastica entrada!!
ResponderEliminarMuchas gracias.
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