Esta semana me habéis tenido
enganchado a los numeritos rojos y a los avisos del correo provenientes del
blog, de Facebook y de LinkedIn. También a las estadísticas. No, no he recibido
miles de opiniones o felicitaciones por la entrada de la semana pasada, pero
las recibidas han sido más que suficientes.
Parafraseando a Cayo Lara,
ante los resultados obtenidos en las pasadas elecciones generales, “no os
podéis ni imaginar lo que se agradece una alegría en el blog del pobre”
También he recordado un
artículo sobre psicología aparecido en El País Semanal hace unos meses. Entre
otras tantas cosas, su autor, Gabriel García de Oro, nos indica que “tan
importante es felicitar como saber recibir felicitaciones, halagos o
cumplidos”.
En su artículo nos hace
referencia a una conocida bloguera llamada Liz Strauss, a la que siguen
millones de internáutas en su Successful Blog y que ha recibido miles y miles
de felicitaciones. “Aun así – cuenta Gabriel– no está acostumbrada y se
pregunta cómo recibir una felicitación sin parecer una idiota egocéntrica” Ella
convirtió esto en un estupendo título para un post en el que “revela cómo
comportarse ante las felicitaciones, los elogios y los cumplidos”
Seguiré sus dictados. Por lo
tanto, no os contestaré hablando de mí mismo, tendré en cuenta que vuestras
felicitaciones son un punto de vista y evitaré la modestia.
Sólo me queda agradecéroslo,
como dice ella, con una gran sonrisa.
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